Negatividad... ¿Cómo enfrentarla?
Pesimismo,
miedo, preocupación, sentirse culpable, enfadarse por
tonterías, quejarse de todo. La negatividad puede influir en
nuestras emociones y distorsionar nuestra percepción del mundo.
El
miedo, la ansiedad, el enfado son emociones que pueden
ayudarnos a sobrevivir pero también causarnos problemas. Las emociones
negativas pueden hacer que seamos pesimistas, sin valorar las
situaciones de forma realista. La negatividad puede llevarnos
a no actuar, a quejarnos por todo, a sentir melancolía o soledad.
Las emociones negativas tienen una duración e impacto mayor en
nuestro estado de ánimo que las emociones positivas. Aprender a
neutralizar la negatividad, no dejarse guiar por los pensamientos negativos
puede ayudarnos a sentirnos mejor. Los estados de negatividad continuados
pueden llevar a la persona a la ansiedad o la depresión.
1- Analiza si estás pensando en cosas negativas, Si estás
preocupándote todo el tiempo, si te estás quejando. Todos tenemos un diálogo
interno, si te fijas de forma consciente te darás cuenta. Aprende a
pensar antes reaccionar. Si estás preocupada o preocupado, enfadado,
tenso es fácil seas presa de la negatividad. No tomes decisiones
importantes si estás negativo, puedes no ser del todo objetivo. Aprender a
calmarte si notas estás enfadado o tenso.
2- Las
emociones provienen de los pensamientos. Practica la “parada de pensamiento” si te
descubres quejándote o pensando algo que te lleva a sentirte mal, actúa
diciendo “stop”. Esto es una señal que te avisa que comienzas con pensamientos
que te van a llevar sentir miedo, enfado, tristeza. Si a menudo estás
preocupado/a pregúntate ¿darle vueltas a esto me ayuda?, ¿pensar una y otra
vez sobre este tema me hace sentir mejor? Casi seguro que la respuesta
será No.
3- Si convives con personas negativas en casa
o en el trabajo piensa que la negatividad es contagiosa.
Si alguien siempre destaca lo negativo, critica, se queja y cuando estás con él
o ella sientes la negatividad, trata de ser amable pero no permitas
que alguien te haga sentir mal. Practica la escucha activa tratando que la otra persona sienta
que es importante para ti, no se trata de herir sus sentimientos, sino de
hacerle ver que no puede estar siempre contándote todo lo negativo. Date
un tope de tiempo (ejemplo 10 minutos) y pasado este tiempo le dices que no
puedes seguir hablando, te levantas y te marchas o cuelgas el teléfono. Si esta
actitud se repite la otra persona se dará cuenta que algo está pasando y
que no estás dispuesta a soportar sus quejas continuas.
4- Ni
blanco ni negro. Las
personas negativas suelen ver las cosas desde los extremos. Todo o nada, nunca
o siempre. Si algo les sale mal siempre les saldrá mal, si nunca han logrado
algo así será. Aprender a diferenciar las creencias irracionales nos
puede ayudar a darnos cuenta de que estamos dejándonos llevar por la
negatividad.
5- Mens
sana in corpore sano. Si
estás cansado, no has dormido bien, o te duele algo es más probable que te sientas negativo o
preocupado. No te puedes exigir estar al 100% si estás cansado, no has dormido
o te duele la cabeza. Se mejor amigo de ti mismo. A veces damos consejos a
otras personas que no nos aplicamos a nosotros mismos.