VARIABLES PERSONALES DE LA MOTIVACIÓN
Si se analizan las principales
teorías sobre motivación (teoría atribucional de la motivación de logro de
Weiner, teoría de la autovalía de Covington y Berry, la teoría de las metas de
aprendizaje de Dweck, la teoría de Nicholls, el modelo de eficacia percibida de
Schunk, etc.) se observa que destacan los siguientes constructos: el autoconcepto, los patrones de
atribución causal, y las metas de aprendizaje. En consecuencia, estos factores y su interrelación determinarán en
gran medida la motivación escolar. Son pues referencia obligada de todo
profesor que desee incidir en la motivación de los alumnos.
Estas variables personales
también están recogidas en el marco teórico sobre motivación planteado por
Pintrich, (1989), Pintrich y De Groot (1990). Este marco teórico estaría
integrado por tres componentes. El componente de expectativa, que hace referencia a las creencias y expectativas de los
estudiantes para realizar una determinada tarea. Este componente se podría
traducir en la siguiente pregunta: ¿soy capaz de hacer esta tarea?. El componente de valor, que indica las metas de los alumnos y sus creencias sobre la
importancia e interés de la tarea. Este componente se podría traducir en la
siguiente pregunta: ¿por qué hago esta tarea?. El componente afectivo, que recoge las
reacciones emocionales de los estudiantes ante la tarea. Este componente se
podría traducir en la siguiente pregunta: ¿como me siento al hacer esta tarea?.
Finalmente, comentar que el
constructo patrones de
atribución causal, anteriormente aludido por diversos autores como un constructo personal
determinante de la motivación escolar, estaría muy vinculado a este tercer
componente afectivo, propuesto por Pintrich, debido a que los patrones
atribucionales del estudiante están determinados, en gran medida, por las
consecuencias afectivo-emocionales derivadas de la realización de la tarea, así
como de los éxitos y fracasos obtenidos en la misma (aspectos que constituyen
el nucleo central de la Teoría Atribucional de la Motivación de Logro de
Weiner).
El componente de
expectativa: El Autoconcepto.
El autoconcepto es el
resultado de un proceso de análisis, valoración e integración de la información
derivada de la propia experiencia y del feedback de los otros significativos
como compañeros, padres y profesor.
Una de las funciones más
importantes del autoconcepto es la de regular la conducta mediante un proceso
de autoevaluación o autoconciencia, de modo que el comportamiento de un
estudiante en un momento determinado está determinado en gran medida por el
autoconcepto que posea en ese momento. Bandura (1977) señala que el sujeto
anticipa el resultado de su conducta a partir de las creencias y valoraciones
que hace de sus capacidades; es decir, genera expectativas bien de éxito, bien
de fracaso, que repercutirán sobre su motivación y rendimiento.
Por otra parte, teniendo en
cuenta que numerosas investigaciones han demostrado la correlación
significativa que existe entre autoestima (valoración positiva o negativa del autoconcepto)
y el locus de control podemos deducir que en la medida en que desarrollemos la
autoestima de los alumnos también mejoraremos su atribución causal. Así,
tenemos que los sujetos con baja autoestima suelen atribuir sus éxitos a
factores externos e incontrolables (el azar) y sus fracasos a factores internos
estables e incontrolables (baja capacidad), mientras que los sujetos con alta
autoestima suelen atribuir sus éxitos a factores internos y estables
(capacidad) o a factores internos, inestables y controlable (esfuerzo) y sus
fracasos a factores internos y controlables (falta de esfuerzo).
Para explicar el rendimiento
de un alumno es imprescindible, pues, tener en cuenta tanto las capacidades
reales como las creencias personales sobre las propias capacidades para
realizar las tareas escolares. El rendimiento del estudiante no depende tanto
de la capacidad real como de la capacidad creída o percibida. Como señala
Bandura (1987), existe una notable diferencia entre poseer una capacidad y
saber utilizarla en situaciones diversas.
El componente de
valor: Las metas de Aprendizaje.
Investigaciones recientes
intentan explicar la motivación de logro basándose en las metas que persigue el
alumno. Las metas que se eligen dan lugar a diferentes modos de afrontar las
tareas académicas y a distintos patrones motivacionales. Según G. Cabanach
(1996) las distintas metas elegidas se pueden situar entre dos polos que van
desde una orientación extrínseca a una orientación intrínseca. De modo que,
algunos autores distinguen entre metas de aprendizaje y metas de ejecución o
rendimiento (Elliot y Dweck, 1988), otros entre metas centradas en la tarea y
metas centradas en el "yo" (Nicholls, 1984), y finalmente otros que
diferencian entre metas de dominio y metas de rendimiento (Ames, 1992; Ames y
Archer, 1988). Las primeras metas (de aprendizaje, las centradas en la tarea y
las de dominio) se distinguen de las incluidas en el segundo grupo (de
ejecución, centradas en el "yo", y de rendimiento) porque comportan
formas de afrontamiento diferentes, así como diferentes formas de pensamiento sobre
uno mismo, la tarea y los resultados de la misma. Así, mientras que unos
estudiantes se mueven por el deseo de saber, curiosidad, preferencia por el
reto, interés por aprender, otros están orientados hacia la consecución de
metas extrínsecas como obtención de notas, recompensas, juicios positivos,
aprobación de padres y profesores, y evitación de las valoraciones negativas.
En este sentido, decimos que los primeros tienen una motivación intrínseca
porque supone un interés por parte del sujeto de desarrollar y mejorar la
capacidad, mientras que los segundos tienen motivación extrínseca ya que
reflejan el deseo de mostrar a los demás su competencia y de obtener juicios
positivos, más que el interés por aprender. Estos dos grupos de metas generan
dos patrones motivacionales también distintos, así, mientras que el primer
grupo llevan a los alumnos/as a adoptar un patrón denominado de
"dominio" (mastery) aceptando retos y desafíos para incrementar sus
conocimientos y habilidades, el segundo grupo conducen a un patrón denominado
de "indefensión" (helpless), en donde los estudiantes tratan de
evitar los retos o desafíos escolares por miedo a manifestar poca capacidad
para realizar con éxito una tarea.
Sin embargo, algunos autores
(como Heyman y Dweck, 1992; Smiley y Dweck, 1994, etc.) afirman que la conducta
mostrada por los alumnos depende más de su "capacidad percibida" que
de su orientación de meta. De forma que, cuando los estudiantes (ya sean de una
u otra orientación de meta) tienen confianza en su capacidad de éxito en una
tarea muestran comportamientos similares, aceptando el desafío planteado por
dicha tarea y persistiendo en su esfuerzo de realizarla con éxito. Por el
contrario, cuando dudan de su capacidad, las diferencias en orientación de
meta, reflejan también diferencias a nivel motivacional (Miller et al. 1993).
El componente
afectivo: Las Emociones.
Hoy en día es frecuente hablar
de inteligencia emocional (Goleman, 1996), término que implica conocer las
propias emociones y regularlas tanto personalmente como socialmente
(autorregulación emocional). La inteligencia emocional está relacionada con la
motivación, ya que una persona es inteligente emocionalmente en la medida que
puede mejorar su propia motivación.
Existen escasos estudios que
hayan investigado el peso que juega el dominio emocional del estudiante en el
aprendizaje. A pesar de esta carencia investigadora, en general, se asume que
las emociones forman parte importante de la vida psicológica del escolar y que
tienen una alta influencia en la motivación académica y en las estrategias
cognitivas (adquisición, almacenamiento, recuperación de la información, etc.),
y por ende en el aprendizaje y en el rendimiento escolar (Pekrun, 1992).
En el campo educativo tan solo
dos tipos de emociones han recibido atención hasta la fecha, la ansiedad
(anxiety), y el estado anímico (mood). Por ahora sólo se han estudiado los
efectos cognitivos de estas emociones en el rendimiento, olvidando los efectos
motivacionales.
Pekrun (1992) ha generalizado
a otras emociones los efectos que la ansiedad y el estado anímico producen en
el aprendizaje y rendimiento y ha elaborado un modelo teórico (ver figura 2) en
el que los procesos cognitivos y motivacionales actúan de mediadores. A
continuación nos centraremos en los efectos motivacionales de las emociones y
su repercusión en el aprendizaje y rendimiento.
Efectos
motivacionales de las emociones.
Pekrun (1992) estudió los
efectos producidos por las emociones positivas y negativas en la motivación
intrínseca y la motivación extrínseca de tareas.
A) Motivación intrínseca: La
motivación intrínseca se puede definir como aquella que procede del propio sujeto,
que está bajo su control y tiene capacidad para autoreforzarse. Se asume que
cuando se disfruta ejecutando una tarea se induce una motivación intrínseca positiva. Es más, aquellas emociones positivas que no están directamente
relacionadas con el contenido de la tarea también pueden ejercer una influencia
positiva en la motivación intrínseca como por ejemplo la satisfacción de
realizar con éxito una redacción.
Las emociones negativas pueden
repercutir básicamente de dos formas en la motivación intrínseca. En primer
lugar, emociones negativas como la ansiedad, la ira, la tristeza, etc., pueden
ser incompatibles con emociones positivas por lo que pueden reducir el disfrute
en la tarea. En segundo lugar, puede aparecer una motivación extrínseca negativa opuesta a la motivación extrínseca
positiva que conduce a la no ejecución de la tarea (conducta de evitación)
porque está vinculada con experiencias pasadas negativas. Por lo tanto, además
de impedir la motivación intrinca positiva, las emociones negativas también
producen motivación intrínseca negativa. Una de las emociones negativas que
conlleva a la no ejecución o evitación es el "aburrimiento" por lo
que se presume que produce motivación (negativa) para evitar la realización de
la tarea y a comprometerse, en su lugar, con otras tareas. También existen
otras emociones, tales como ansiedad o ira, etc., que pueden producir
motivación intrínseca de evitación, no solo porque se relacionen con los
resultados, sino porque también se pueden generalizar a los contenidos de la
tarea.
B) Motivación extrínseca: La
motivación extrínseca se define, en contraposición de la intrínseca, como
aquella que procede de fuera y que conduce a la ejecución de la tarea. Todas
las clases de emociones relacionadas con resultados se asume que influyen en la
motivación extrínseca de tareas. Pekrun (1992) distingue entre emociones
prospectivas y retrospectivas ligadas a los resultados.
Considera emociones
prospectivas aquellas que están ligadas prospectivamente y de forma directa con
los resultados de las tareas (notas, alabanzas de los padres, etc.) como por
ejemplo la esperanza, las expectativas de disfrute, la ansiedad, etc. Así la
esperanza y las expectativas de disfrute anticipatorio producirían motivación
extrínseca positiva, es decir, motivación para ejecutar la tarea con la
finalidad de obtener resultados positivos. En cambio, la desesperanza puede
inducir a un estado de indefensión que comporta la reducción o total anulación
de la motivación extrínseca por no poder alcanzar resultados positivos o evitar
los negativos. Se puede asumir que lamotivación extrínseca positiva contribuye efectivamente
(conjuntamente con la motivación intrínseca positiva) a la motivación total de la tarea.
El caso se complica cuando se
relaciona los resultados (negativos) y la motivación extrínseca de evitación
producida por la ansiedad. Se pueden distinguir dos situaciones sobre como
evitar el fracaso y resultados negativos. En situaciones "no
restrictivas" (tareas ordinarias de clase) el fracaso se puede evitar
demandando al estudiante tareas más fáciles que pueda superar con éxito. En
situaciones "restrictivas" (por ejemplo de examen) la única manera de
evitar el fracaso es proporcionándole al estudiante los recursos didácticos necesarios
(técnicas, destrezas, etc.) para afrontar con éxito la tarea.
Las emociones retrospectivas
como la alegría por los resultados, decepción, orgullo, tristeza, vergüenza,
ira, etc., funcionan fundamentalmente como evaluativas, como reacciones
retrospectivas a la tarea y a sus resultados. Las emociones evaluativas pueden
servir de base para desarrollar la motivación extrínseca en la ejecución de
tareas académicas. Así, experiencias agradables asociadas a resultados
positivos (una buena nota, alabanza de los padres, etc.) y sentirse orgulloso
por ello, conduce a un incremento de la apreciación subjetiva de alcanzar ese
tipo de resultados. Por otra parte, experimentar decepción o vergüenza conduce
a alcanzar resultados negativos.
El impacto de las
emociones sobre el aprendizaje y el rendimiento.
En un segundo momento, Pekrun
(1992) analizó el impacto que tienen las emociones positivas y negativas en la
realización de las tareas escolares, en donde los procesos motivacionales
actuaban como mediadores (ver figura 2).
A) Emociones positivas de la
tarea (Positive Task Emotions):
Se producen un conjunto de
efectos, desencadenados por emociones positivas relacionadas con la tarea
(process-related emotions), que conducen a un incremento del rendimiento, como
es el caso de disfrutar realizando una tarea (task enjoyment).
Pekrun (1992) también analizó
el carácter prospectivo y retrospectivo de las emociones positivas
experimentadas en la tarea. Si la emoción se experimenta antes o después, no se
puede asumir que sus efectos sobre el procesamiento de la información (uso de estrategias,
procesos atencionales, etc.) puedan tener una influencia directa sobre la
ejecución. Sin embargo, si que se han detectado numerosos efectos indirectos
sobre la ejecución mediados por el impacto de las emociones en la motivación.
Por ejemplo, la esperanza experimentada antes de acometer la tarea puede
influir positivamente en la motivación y por tanto en la conducta y en la
ejecución.
B) Emociones negativas de la
tarea (Negative Task Emotions):
Mientras las emociones
positivas producen, en general, efectos positivos que repercuten favorablemente
en el aprendizaje, los efectos globales de las emociones negativas es más
diverso, pueden ser tanto positivos como negativos.
Respecto a las emociones
negativas relacionadas con el proceso (process-related emotions) destacamos el
aburrimiento (boredom). La primera función del aburrimiento puede ser motivar
al estudiante para que busque otra tarea o alternativa más recompensante. El
aburrimiento conduce a reducir la motivación intrínseca y a escapar
cognitivamente de la tarea. Como resultado, la motivación total de la tarea decrecerá, incluso en casos de
motivación extrínseca elevada.
Por otra parte se asume que
las emociones negativas prospectivas y retrospectivas pueden producir efectos
positivos y negativos simultáneos. El resultado neto dependerá de la intensidad
de tales influencias opuestas. Así, se considera que la ansiedad reduce la
motivación intrínseca positiva e induce a motivación intrínseca negativa para
buscar una nueva tarea y evitar la que se le había propuesto. Sin embargo la
ansiedad relacionada con el fracaso o los resultados negativos puede producir
una alta motivación para evitar esos fracasos. Por ejemplo, si un estudiante tiene
miedo de no conseguir una buena nota, la ansiedad que le produce esa
preocupación le impedirá la ejecución de la tarea y se reducirá su creatividad,
pero esos efectos negativos pueden ser compensados por un esfuerzo adicional de
trabajo extra para impedir el fracaso.
En
términos generales podemos señalar que las emociones pueden influir en gran
medida en el aprendizaje y en el rendimiento de los estudiantes. Sin embargo,
también se constata que la relación entre las emociones y ejecución no es de ningún
modo simple, en el sentido de "emociones positivas, efectos positivos;
emociones negativas, efectos negativos". En lugar de eso, la influencia de
las emociones pueden estar mediatizadas por diferentes mecanismos que impliquen
efectos acumulativos o contrapuestos, lo que hace difícil predecir los efectos
en la ejecución. Específicamente, mientras los efectos de las emociones
positivas pueden ser beneficiosas en la mayoría de los casos, el impacto de las
emociones negativas como insatisfacción o ansiedad pueden ocasionar efectos
ambivalentes. En esta misma línea, Polaino (1993) afirmaba que una ansiedad
moderada en las matemáticas, no solo disminuye el rendimiento sino que puede
facilitarlo. Por el contrario, un nivel muy alto de ansiedad inhibe notablemente
el rendimiento, ya que aparece como un factor disruptivo de los procesos
motivacionales y cognitivos que son los que intervienen directamente sobre las
habilidades y destrezas necesarias para la solución de problemas.
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